Iglesia de Ramacastañas

Antes de 1921, Ramacastañas se llamaba Ferrerías de Ávila, debido a las minas de hierro que había en este lugar.

Ramacastañas es un lugar ya documentado en 1291. Su nombre procede de los ramajes de castaños que el río arrastra desde las alturas del Barranco de Mombeltrán, Arroyo Castaño uno de los primeros afluentes del río Tiétar.

La humildad del lugar en nuestros días no permite hacerse una idea de la importancia que tuvo en el pasado para la economía de los señores de Arenas. Su ubicación, punto estratégico de la Cañada Real, era clave para el tránsito de ganados y para la comunicación entre las mesetas y la parte oriental y occidental del valle del Tiétar.

El aumento de las trashumancia, a medida que se aleja el peligro musulmán, enriquece a los señores que cobran tributos por el paso de los ríos y puertos; en el caso de Ramacastañas, se cobraban tanto si iban al puerto del Pico como si se dirigían hacia el este del valle del Tiétar.
Las pingües ganancias que originaba el tránsito de ganados hizo que D. Beltrán de la Cueva consiguiese, en su etapa de valido, que Enrique IV retrotrayera el pago del portazgo de Ramacastañas a Arroyo Castaño, aldea de su señorío próxima a Mombeltrán, en el camino hacia el puerto; de esta forma los señores de Arenas perdieron, durante un tiempo, ese quinto de los ganados que se obtenía por el montazgo y Ramacastañas la importancia que tenía como punto de recaudación y todo el movimiento económico que ello conllevaba por la estancia tanto de cobradores como de personas encargadas de cuidar los animales recaudados.

Su vida la ha centrado tanto en la ganadería como en la agricultura y las actividades relacionadas con la explotación del bosque.